
Ante una enfermedad o lesión de un niño es importante identificar con rapidez cuál es el problema y qué tan pronto necesita atención médica. Es fundamental no esperar demasiado tiempo para conseguir atención médica, pero sí diferenciar si lo que se presenta es una emergencia o una urgencia.
Si la vida del niño corre riesgo es una emergencia y se precisa atención médica inmediata. En cambio, si no está en peligro la vida es una urgencia y la atención se requiere en el corto plazo.
Cuándo llamar a un servicio de emergencia
Llame ante los siguientes casos:
- Asfixia.
- Dificultad para respirar.
- Desvanecimiento o desmayo.
- Incapacidad repentina para hablar, ver, caminar o moverse.
- Reacción alérgica grave con dificultad para respirar, hinchazón, urticaria.
- Lesión en la cabeza con desvanecimiento, vómito o comportamiento extraño.
- Lesión en el cuello o la columna vertebral.
- Quemadura grave o herida profunda.
- Convulsión que duró de 3 a 5 minutos.
- Sangrado abundante.
- Dificultad para despertarse, estar demasiado soñoliento o confundido de manera repentina.
- Tos o vómito con sangre.
- Posible fractura ósea, pérdida de movimiento, especialmente si el hueso está saliendo a través de la piel.
- Dolor de cabeza o dolor torácico inusual o fuerte.
- Frecuencia cardíaca rápida que no disminuye.
Cuándo llamar a un servicio de urgencias o asistir a una institución de salud
Las urgencias pueden incluir:
- Gripe o resfríos.
- Dolor de oído o garganta.
- Dolores de cabeza menores.
- Febrícula.
- Lesiones menores: esguinces, cortaduras, quemaduras pequeñas y lesiones óseas menores.